En algunas computadoras, las fechas son almacenadas en tres campos de dos dígitos cada uno (dd-mm-aa), lo cual impide distinguir entre las fechas del siglo XX y las del siglo XXI. El 4 de mayo de 1925, por ejemplo, se representa 04-05-25, y el 4 de mayo del año 2025 se representa exactamente igual, 04-05-25. En los primeros días de la Informática se estuvo consciente del problema que se podía generar a futuro, pero se supuso que para 1999 ya existirían otras tecnologías y aplicaciones que reemplazarían a aquellas desarrolladas en esa época, y que superarían la limitación introducida. Durante los años previos, esa fecha mantuvo en vilo al mundo, con la falla informática denominada Y2K, provocada por la costumbre de los programadores de detallar, en el código fuente del software, el año en un formato de dos dígitos. Los potenciales efectos se relacionaban con saber qué pasaría con las máquinas en la medianoche del 31 de diciembre de 1999: si interpretarían el día siguiente como el 1 de enero de 2000 o como el 1 de enero de 1900.
Para prevenir cualquier inconveniente en los sistemas informatizados, todos los países y empresas privadas establecieron diversos protocolos de contingencia y comisiones para contrarrestar los efectos del año 2000. Se invirtieron millones de dólares en actualizar sistemas, reemplazar equipos, mantener dotaciones de personal en guardia para prevenir cualquier problema en el sistema financiero, de servicios básicos como el agua, luz y gas. Las redes de telecomunicaciones no estuvieron ajenas a este monitoreo. Todo aquel procedimiento que implicara un sistema informático estaba bajo la lupa del año 2000. A nivel mundial, según estimaciones privadas de diversas consultoras, se estima que se gastó entre 300 mil y 600 mil millones de dólares para evitar diversos desastres causados por el Y2K.
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